No estamos, por supuesto, ante ningún gran logro, pero al menos si podemos hablar de un trabajo más que digno alejado de las producciones más huecas y vacías del Hollywood comercial.
Remake de la cinta de 1990 que dirigiese Giuseppe Tornatore, ‘Están todos bien’ (Stanno tutti bene). De Niro es un padre de familia viudo, ya abuelo que, una vez alcanzada la jubilación, quiere reunir nuevamente a sus cinco hijos alrededor de la misma mesa. Cuando todos le fallan para acudir a su casa, decidirá entonces realizar un viaje en busca de sus hijos descubriendo una realidad diferente a como se la había imaginado.
Encontramos aquí emoción sin caer casi nunca en el sentimentalismo, un personaje muy bien definido y perfectamente interpretado, por fin, por un Robert de Niro alejado de sus trabajos más impersonales. Además, el film esta plagado de algo que ha desaparecido en el cine americano actual: realidad. Viendo este film nos podemos hacer una idea de cómo vive la gente normal de ese país, no los triunfadores habituales. No veía tantos autobuses, trenes, estaciones, callejones, diners y gasolineras desde los 80. Y se echa de menos. Los personajes de los hijos están peor definidos, salvo quizá el de Rockwell y el film peca de frío e indefinido en ciertos momentos pero se ve con agrado.