El buen cine americano siempre se ha caracterizado por conseguir hacer atractivos a argumentos que, a priori, no tenían ningún interés fuera de sus fronteras o, incluso, dentro. Este no es el caso. Amelia Earhart, es un símbolo en Estados Unidos, pero aquí es casi una desconocida. Es cierto, que su pasión por volar y sus actitudes feministas y avanzadas en cuanto a las relaciones de pareja son interesantes por sí solas, pero la directora hindú Mira Nair, no consigue amplificarlas cinematográficamente.
Hilary Swank da vida a la legendaria piloto estadounidense Amelia Earhart, que desapareció mientras sobrevolaba el océano Pacífico en 1937 en su intento por viajar alrededor del mundo. Ewan McGregor interpreta el papel del padre del escritor Gore Vidal, el gran amor de Amelia. Por otro lado Richard Gere encarna al marido de Amelia, George Putnam.
Sólo para interesados en el personaje, admiradores de Swank y Gere y aquellos que disfruten con una narración clásica y unos bellísimos paisajes.
En el clásico de Minelli de 1.952 “Cautivos del Mal” se decía que una película llena de clímax es una mala película, pero una película sin clímax acaba resultando aburrida. La estructura en flashback no aporta mucho y la historia de Ewan McGregor, nada.