Medianamente entretenida y con capacidad para analizar los cambios que se estaban produciendo a finales de los 60 en USA, con el progresivo reflote de los valores tradicionales que convivían hipocritamente con los aires hippies de la década. Sin embargo, el film tiene una larga secuencia en una fiesta de noche de elecciones que resulta muy aburrida por el estilo semi-documental, coral e improvisado que quizá funcionará en aquella época (y en pantalla grande) pero vista hoy lastra el film, tanto como su deseo de resultar comercial a base de atrevimiento sexual.
Estamos en Noviembre de 1968, el día en que fue elegido presidente Nixon. Pero eso poco le importa a George, el hombre más atractivo de Los Ángeles, un peluquero de Beverly Hills que vuelve locas a todas sus clientas. Animado por su novia Jill a montar su propia peluquería, George recurre a un rico empresario, Lester, para que invierta en su negocio. El único problema es que George se está acostando con su mujer, su amante y su hija adolescente…
Sí, Imprescindible para fans de Beatty, Hawn y Christie, ya que todos están guapisimos y divertidos. Además, la escena final resume como pocas la ventaja casi insuperable que tiene el dinero sobre el idealismo. Aporta comodidad, algo que a lo que, más pronto o más tarde, pocos seres humanos se resisten
No perderse el pequeño pero jugoso papel de la princesa Leia, dos años antes de que estallará el fenómeno que cambió el cine para siempre.