No soy, ni puedo, ni quiero ser parcial. Llevaba esperando años un film musical que ilustrara la década prodigiosa de los 60 con su música. Así que pensaba que la iba a disfrutar como un niño. Así ha sido, pero menos. Si Ang Lee saca petróleo de una historia nada especial en Deseo, peligro, Taymor consigue todo lo contrario: desaprovechar gran parte de las posibilidades del film.
Musical romántico, con 33 canciones de los Beatles, ambientado en los años 60 del siglo XX, los años turbulentos de las protestas contra la guerra, la exploración mental y el rock’n roll. La historia gira en torno a institutos y universidades en Massachusetts, Princeton y Ohio, y se traslada desde los muelles de Liverpool hasta la psicodelia creativa de Greenwich Village en Nueva York; desde las calles rasgadas por las revueltas en Detroit, hasta los campos de muerte de Vietnam.
Taymor proviene de otras disciplinas artísticas y se nota en sus films, todos excesivos y arrítmicos. Con media hora y algunas canciones menos (y otras canciones de las que se olvida) hubiera conseguido una obra maestra del musical. Sin embargo ha optado por la desmesura, la elefantiasis y el exceso visual, consiguiendo una primera hora deslumbrante, un desenlace sublime y una parte central (la que corresponde con la psicodelia) de notable belleza pero bastante aburrida.
En definitiva, un film de momentos concretos(para seleccionarse en casa, ahora que ya está editada en DVD y sentir un subidón instantáneo) que desaprovecha una oportunidad única.