DISCUTIBLES DECISIONES ESTETICAS Y NARRATIVAS
CALIFICACION: 2,5/5
Estados Unidos, 2012.- 109 minutos.- Director: David Ayer.- Intérpretes: Jake Gyllenhaal, Michael Peña, Anna Kendrick, Frank Grillo, America Ferrera, Natalie Martinez.- DRAMA.- Decepción. Tras la muy personal Harsh Times y la potente Dueños de la calle, el tercer film de Ayer supone un paso atrás. Es cierto que encontramos aciertos más que evidentes, tanto en dirección como en postproducción y trabajo actoral, que la sitúan un escalón por encima de la producción hollywoodiense más mimética. Pero todo ello no puede ocultar errores de base que la alejan de la excelencia.
Con una estructura episódica que recuerda a la de The hurt locker (En tierra hostil) de Bigelow, el film nunca abandona la sensación de sucesión de anécdotas sin un vínculo fuerte, más allá de la amistad entre los dos protagonistas. Mejores resultados, con semejante estructura, se lograron en los años 70 con films como Los nuevos centuriones de Richard Fleischer o ya mucho más recientemente con Training Day.
De todas maneras, la estructura narrativa no es la verdadera causante de lo molesta, por momentos, que llega a ser esta cinta. La decisión estética de rodar machaconamente con una cámara al hombro flotante produce que, en muchas ocasiones, no tengamos ni idea de lo que está ocurriendo y, por tanto, nos dé bastante igual. Esta decisión, además de poco justificada (un trabajo documental para las clases de cine a las que acude uno de los protagonistas de las que nunca se vuelve a saber nada) no mantiene su coherencia, ya que en numerosas escenas, la narración vuelve a ser la convencional. Si a eso añadimos un tsunami de tópicos sobre el oficio de policía y la idiosincrasia de los latinos de Estados Unidos, sólo podemos hablar de oportunidad perdida.
Taylor y Zavala, dos agentes de policía que patrullan las calles de Los Ángeles, tendrán que afrontar un gran reto cuando se convierten en el objetivo de una peligrosa banda de narcotraficantes que han puesto precio a su cabeza.