PERFECTA Y EFECTIVA PLASMACION DE LA COTIDIANIDAD
CALIFICACION: 3/5
Estados Unidos, 2012.- 134 minutos.- Director: Judd Apatow.- Intérpretes: Paul Rudd, Leslie Mann, Chris O’Dowd, Jason Segel, Melissa McCarthy, Megan Fox, Albert Brooks, John Lithgow, Iris Apatow, Maude Apatow.- – En mi opinión, la más redonda, madura y personal obra de Apatow, quedando un poco por encima, incluso, de la que era hasta la fecha su obra más defendible, Lío embarazoso, de la que ésta es un spin-off ya que sus protagonistas eran secundarios en aquella.
Apatow es uno de los pocos autores hollywoodienses, que mantiene viva la llama de la comedia cotidiana que tan bien alimentaron guionistas como Neil Simon (La chica del adiós) o directores como Herbert Ross o, sobre todo, Blake Edwards con joyas del subgénero como 10, la mujer perfecta o Micky y Maude. Sin embargo, Apatow da un paso más en verismo al eliminar gran parte de los convencionalismos inherentes al Hollywood de aquella época (y de ésta) y sustituirlos por sinceridad y atrevimiento sexual, escatológico y sobre la naturaleza humana.
Lo más atractivo de la cinta es un guión basado en la anécdota bien seleccionada, el diálogo fresco y natural y en la elaboración de las situaciones y el ritmo interno de las secuencias. Todo ello unido a las magníficas interpretaciones trasmite la sensación de estar asistiendo al discurrir natural de las vidas, unas peripecias vitales con las que todos nos podemos identificar y de las que se ha eliminado la dramaturgia hollywoodiense más rancia y convencional. Si a ello unimos el hecho de que las tres protagonistas del film (la madre y las dos hijas) son la familia real de Apatow, encontramos la explicación a la genuina sensación de familiaridad que destila todo el proyecto.
Como ocurriera en otro film producido por Apatow (La boda de mi mejor amiga) el peculiar ritmo interno del film y una estructura muy alejada de los manuales de escritura de guiones al uso (no hay estructura en tres actos, ni giros de guión, ni conflicto ni desenlace claro al que se quiera llegar) nos lleva a que si entramos en lo que nos propone el director, no nos importaría asistir a más minutos de los que ya tiene la cinta. 134 que, a diferencia de lo que ocurría en su anterior film Hazme reír, no pesan en ningún momento.
Pete vive con su esposa Debbie y sus dos hijas: Charlotte, de ocho años, y Sadie de trece. Al mismo tiempo que lucha por mantener a flote su discográfica, tanto él como Debbie deben aprender a perdonar, a olvidar y a disfrutar de la vida.