NOS COBRAN UNA ENTRADA POR “ESTO”
CALIFICACION: 0/5
Estados Unidos, 2012.- 112 minutos.- Director: Seth Gordon.- Intérpretes: Jason Bateman, Melissa McCarthy, John Cho, Jon Favreau, Amanda Peet. – COMEDIA.-
Un total y absoluto desastre. Miré el reloj y llevaba una hora de una película que se califica como comedia y todavía no me había reído. No me refiero a una carcajada de esas que hacen que te duela el estómago, no…es que ni siquiera había esforzado una sola sonrisa. Sólo sentía vergüenza ajena ante lo que veía en pantalla y sensación de perder el tiempo, la peor que se puede tener en el cine según indicaba el recientemente fallecido y gran crítico de cine, Roger Ebert. Nadie se reía en la sala salvo un tipo que debería haber recibido una gran noticia ese día o iba colocado ya que era el único al que se oía partirse.
Valiéndose de un crédito ilimitado, Diana, una compradora compulsiva, vive a lo grande en las afueras de Miami. El único problema es que cuando va de compras usa el nombre de Sandy Bigelow Patterson, un agente comercial que vive en la otra punta de Estados Unidos. Cuando éste se da cuenta de la situación, se va al sur para enfrentarse a la mujer que le está arruinando la vida. Mientras se esfuerza en convencerla, descubrirá lo difícil que es recuperar su nombre.
Juntar a una graciosa expansiva y a un tipo serio algo melifluo no tiene porque ser una gran idea. Dar el protagonismo a eficaces secundarios, aparte de un riesgo en taquilla (que aquí ha sido ampliamente superado pues el film, sobre todo en Estados Unidos, ha sido un gran éxito) no suele funcionar. Grandes secundarios no tienen porque ser buenos protagónicos. Hay que tener algo divertido que contar.
Inspirándose claramente en dos road movies cómicas de los 80 que ya son grandes clásicos de la diversión (Huida a medianoche y Mejor solo que mal acompañado) el film demuestra desde el minuto 1 que es mucho mejor idea quedarse en cada revisándolas que pagar una entrada de cine por esta basura. El film empieza mal (como muchos de hoy en día) pero no retoma el vuelo en ningun momento, sino que va a peor. Algunas escenas están tan forzadas en un intento baldío de provocar la risa que casi despiertan la conmiseración. No lo hagan. Ejerzan su derecho al pataleo y digan conmigo ¡esta película apesta!