UNA “COSA” MUY RIDICULA
CALIFICACION: 1/5
Estados Unidos, 2013.- 125 minutos.- Director: Andrew Niccol.- Intérpretes: Saoirse Ronan, Max Irons, Diane Kruger, William Hurt. – THRILLER ROMANTICO DE CIENCIA-FICCION.- Adaptación de la novela de Stephenie Meyer, autora de la saga de «Crepúsculo». La Tierra ha sido invadida por unos seres que se alojan en el cuerpo de los hombres y controlan sus mentes. Para Wanderer, la criatura que habita el cuerpo de Melanie, no es fácil acostumbrarse a soportar emociones, sentimientos y recuerdos demasiado intensos, pero la principal dificultad consiste en que Melanie lucha por conservar el control de su mente llenándola con recuerdos de Jared, el hombre que ama. La intensidad de estos sentimientos domina hasta tal punto a Wanderer que acaba deseando a un hombre al que jamás ha visto. Una serie de circunstancias, hacen que ambas, muy a su pesar, se alíen y partan en busca del hombre amado.
Ridícula, plagada de diálogos entre pedantes y estúpidos, pesada, previsible y con un aleccionamiento conservador que viene en el ADN de la mormona Meyer que ya consiguió que toda una generación dejara de ver a los vampiros como lo que son (seres malvado, de naturaleza demoníaca que atrae a muchachas y muchachos despertando su incipiente deseo sexual para poder obtener su sangre) para convertirlos en unos moñas neocon que brillan cuando les da el sol. Ahora pretende convencernos de que el espiritu humano tiene absoluta capacidad de decisión y realización, sea cual sea su origen y ambiente, y que si no piensa como a ella le mola es porque está influido por fuerzas malignas.
Los extraterrestres como metáfora de ideologías anticapitalistas son tan viejos como la ciencia-ficción, por cierto.
De todas maneras, con presupuestos semejantes se han hecho auténticos peliculones. No ese el verdadero problema. Este film es paradigmático de el error artístico que supone dejar al mando de las decisiones a los escritores de best-sellers que no quieren cambiar ni una coma de su libro al adaptarlo al cine para no ofender a los fanáticos de sus lectores en lugar de aceptar, comprender y disfrutar de que cine y literatura son lenguajes opuestos. Por ello asistimos al sonrojante, repetitivo y soporífero espectáculo de escuchar la voz en off de la protagonista teniendo diálogos con sus dos personalidades.
Sólo se salva el esfuerzo de Ronan, la planificación de Niccol (con una carrera en caída libre) y el generoso esfuerzo de producción. Nada de ello ha salvado a la película de un fracaso en taquilla que no me entristece.