CUESTIONANDO LOS LIMITES DEL CORTOMETRAJE
CALIFICACION: 3,5/5
España, 2012.- 14 minutos.- Director: Gregorio Arroyo Sebastián.- Intérpretes: Andy Hutchison, Marie Brock, Rafiq Richard, Fanny Gatibelza, Fele Pastor, Alex Spijksma.- THRILLER.- Por una vez, y sin que sirva de precedente, voy a comentar en esta bitácora un cortometraje español estrenado en la Muestra de cine español de Londres como preámbulo a la premiere en Reino Unido de una de las mejores películas españolas del año, Grupo 7.
Dos son las razones por las que lo hago. La primera, pero no la más importante, es que sus creadores son amiguetes. Los críticos de renombre nacional tienen su red de amistades dentro de la industria, hecho que muchas veces ocultan. Yo no caeré en el error de negar la relación de aprecio y admiración que tengo con los artífices. Al contrario, me enorgullezco de ello.
Pero la principal razón por la que quiero aportar mi pequeñísimo grano de arena en la difusión de este trabajo es la indudable calidad del mismo. He de reconocer que, habitualmente, el lenguaje y el formato del corto me cuestan de digerir. Me pasa igual con la literatura. Casi siempre elijo un tocho antes que un relato corto. Aunque sé que el tocho me va a llevar semanas o meses, inconscientemente creo que el mamotreto me va a aportar más y que si me decanto por una pequeña narración y me gusta me va a saber a poco.
Sin embargo, Starting from zero, gracias a una brillante idea de guión (que firman JuanFranciscoAguirre y DanielDiezsegún una historia de este último y el director), le da un giro de tuerca a la narrativa habitual del cortometraje. Sabiendo que éste no permite una convencional presentación de personajes y conflicto, decide plantear al espectador la sensación que se tendría al entrar en una sala de proyección a contemplar los quince últimos minutos de un largometraje.
Y vaya si lo consigue.
Gracias a una notable dirección y unos excelentes montaje y post-producción, el espectador entra en un juego narrativo bastante olvidado en el cine actual: poseer menos información de los hechos que uno de los protagonistas. Usando el bagaje cultural y cinematográfico del espectador cinematográfico, el guión consigue que el público de por supuesto demasiadas cosas. Así, la sorpresa final funciona a la perfección y se acaba por definir en unos créditos finales generalmente malgastados en los cortos convencionales y que aquí son fundamentales para aprehender el sentido total de la historia.
Algunas situaciones precipitadas y forzadas y ciertos momentos interpretativos mejorables no empañan un cortometraje con una virtud difícil de encontrar en esta difícil disciplina cinematográfica: el deseo de volver a verlo para saborear todas sus sugerencias.