MUCHO PEOR QUE UNA MALA PELICULA CALIFICACION: 1/5 Gran Bretaña, 2011.- 127 minutos.- Director: Rodrigo García.- Intérpretes: Glenn Close, Mia Wasikowska, Aaron Johnson, Jonathan Rhys Meyers, Brendan Gleeson, Maria Doyle Kennedy, Janet McTeer.- DRAMA.- Cuando uno va al cine, hay cosas mucho peores que elegir una mala película. Cuando acudes por curiosidad morbosa a ver […]

MUCHO PEOR QUE UNA MALA PELICULA

CALIFICACION: 1/5

Gran Bretaña, 2011.- 127 minutos.- Director: Rodrigo García.- Intérpretes: Glenn Close, Mia Wasikowska, Aaron Johnson, Jonathan Rhys Meyers, Brendan Gleeson, Maria Doyle Kennedy, Janet McTeer.- DRAMA.- Cuando uno va al cine, hay cosas mucho peores que elegir una mala película. Cuando acudes por curiosidad morbosa a ver un más que previsible bodrio, ya vas prevenido e incluso puedes reirte de sus multiples defectos o, incluso, sorprenderte pasando un buen rato o, incluso, descubriendo que no es tan mala como la pintan. Si se confirma que es un desastre, no pasa nada; ya estaba en la lista de pelis de las que no esperabas nada.
Mucho más frustrante es acudir a la sala de cine con buenas referencias y encontrarse con un fenomenal bodrio. La tenías en la lista de esperanzas de que el nuevo año de cine sería mejor y empieza a confirmarte que seguramente será peor.

Todos esperábamos más de un director interesante aunque con tendencia a endilgarnos ladrillos importantes con la coartada de sensible y feminista (la recomendable serie En tratamiento, la sobrevalorada Cosas que diría con sólo mirarla, las notables Madres e hijas y Nueve vidas y la desastrosa Passengers), una actriz protagonista en el papel de su vida que le vale otra nominación al Oscar (Glenn Close) y una trama interesante aunque muy vista: la de una mujer que se debe vestir de hombre para subsistir en un universo machista (Yentl, ¿Victor o Victoria?)
¿Y qué nos ofrece Albert Nobbs? Aburrimiento, cartón-piedra, hechuras de telefilm de lujo y una continua y desesperada llamada a la suspensión de incredulidad: cómo nunca vemos a Albert Nobbs en pantalla sino a Glenn Close disfrazada de hombre (como mucho al único que hombre al que me recordó el-la protagonista mientras veía la película fue al ínfame ex jugador del Real Madrid, Prosinecki; con lo cual mis pesadillas fueron terribles) nos resulta ridículo que los protagonistas se traguen sin dudar ni rechistar que ese patético travestido sea un hombre.
En el siglo XIX, en un lujoso hotel de Dublín, una mujer se ve obligada a hacerse pasar por un hombre para poder sobrevivir. Esta es la sinopsis del film y toda su trama. La película presenta esta situación y ahí se queda. No avanza en ninguna dirección, tal vez porque ni la cámara se cree nada de lo que se está contando. No hay análisis de la psicología de los personajes, ni conflictos, ni intensidad dramática. Pero lo peor está por llegar. Un patético final donde la sobreactuación es lo único que triunfa.
Lo único que salva al film del absoluto desastre que bordea todo el tiempo es la entrega total de Close a un papel y una película en la que cree a pies juntillas, no sabemos porqué. ¿Tanto le afectó al entendimiento y la perspicacia su inolvidable papel de Alex en Atracción fatal?

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