TODO ES MENTIRA: LA FUERZA EXPRESIVA DE UN FUNDIDO A NEGRO. CALIFICACION: 3/5 Estados Unidos, 2012.- 106 minutos.- Director: Nicholas Jarecki.- Intérpretes: Richard Gere, Brit Marling, Tim Roth, Susan Sarandon, Laetitia Casta.- DRAMA.- Aunque no llega a sacar provecho de todas los sugerentes temas y líneas argumentales que abre, estamos ante un ilusionante debut en […]

TODO ES MENTIRA: LA FUERZA EXPRESIVA DE UN FUNDIDO A NEGRO.

CALIFICACION: 3/5

Estados Unidos, 2012.- 106 minutos.- Director: Nicholas Jarecki.- Intérpretes: Richard Gere, Brit Marling, Tim Roth, Susan Sarandon, Laetitia Casta.- DRAMA.- Aunque no llega a sacar provecho de todas los sugerentes temas y líneas argumentales que abre, estamos ante un ilusionante debut en el cine de ficción de Jarecki que anteriormente sólo había firmado un documental.

El magnate Robert Miller, retrato perfecto del éxito tanto profesional como familiar, aparece siempre acompañado por su fiel esposa y por su hija y heredera. Pero, en realidad, Miller está con el agua al cuello: necesita urgentemente vender todo su imperio a un gran banco antes de que se descubra que ha cometido un fraude. Además, a espaldas de su mujer y de su hija, tiene un romance con una marchante de arte francesa. Cuando está a punto de deshacerse de su problemático imperio, un inesperado error lo obliga a enfrentarse con su pasado y con su doble moral.

Estamos, por encima de todo, ante la peripecia vital de un protagonista al que acompañamos durante un breve pero intensísimo período de tiempo en el que su estructurada y satisfactoria vida se viene abajo para siempre. El mayor mérito del film es conseguir hacernos vivir, en primera persona, ese descenso a los infiernos y sentir, entre otros, la falta de sueño del protagonista, su dolor físico y su sensación de acorralamiento, engullido por sus propios errores.

Podría parecer que el film da demasiadas vueltas sobre sí mismo pero ese es, en realidad, el objetivo. La estructura es poco habitual y en ella la trama no avanza sólo de forma lineal sino también en círculos concéntricos, como capas de una cebolla, siendo cada una de ellas la colisión de los personajes con el drama de Gere. Eso permite al guión reflexionar sobre los causantes de la crisis económica, los ideales corruptos de toda una sociedad, el desengaño ante el sistema judicial, la ética del trabajo, la hipocresía que rige la forma de vida americana y la utilización a capricho de los más débiles.

Pero, sin embargo, los apuntes más destacados se encuentran en la familia del protagonista. Por un lado, su hija que representa, consciente o inconscientemente, la acotación gozosa de los ideales neo-con y que sólo está preocupada por la legalidad no por la moralidad de los actos de su padre. Por último, el personaje de Sarandon que parece residual pero que acaba teniendo gran importancia en la trama, representando la lucidez de saber aprovechar una oportunidad cuando te la ponen delante.

Sin lugar a dudas el gran acierto del film es, por un lado, la oposición entre el principio y el desenlace. Primero somos ingenuos y escuchamos lo que tiene que decir sobre la crisis un reputado triunfador. En el desenlace, una vez que hemos sido testigos privilegiados de lo que se nos suele ocultar, ni al director ni a nosotros nos interesa más su mierda verborreica. Por tanto, fundido a negro y créditos finales. Gran desenlace. Por otro lado, podría parecer que el protagonista acaba triunfando según los cánones resultadistas y amorales que nos rodean. El silencio entre padre e hija y la dura conversación entre esposo y esposa lo desmienten.

Mucho se hablado en Estados Unidos sobre la interpretación de Gere. Siempre he dicho que me parece uno de los grandes animales cinematográficos de la actualidad, capaz de llenar la pantalla de cine sólo con su presencia. Además, por lo general, me apetece ver sus películas cuando se estrenan y eso es lo que le pido al cine actual. Que me gusten ya es la leche. Finalmente, ha evitado las secuelas y los blockbusters infantilistas para levantar una filmografía centrada en el cine adulto, mejor o peor. Lo admiro. De ahí a decir que es un buen actor, hay un largo trecho. Simplemente es consciente de sus limitaciones y sabe lidiar con ellas. Pero sigue parpadeando en los momentos más dramáticos como ya hacía hace 30 años. Marca de la casa.

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