LA MENOS ESTRAFALARIA DE LAS 3 PELIS DE BOND CON CRAIG
CALIFICACION: 2,5/5
Gran Bretaña-Estados Unidos, 2012.- 143 minutos.- Director: Sam Mendes.- Intérpretes: Daniel Craig, Judi Dench, Javier Bardem, Ralph Fiennes, Naomie Harris, Bérénice Marlohe, Albert Finney.- THRILLER DE ACCION.- El mundo ha cambiado tanto y tan rápido que el Bond de mi infancia (Roger Moore forever!) no tendría ningún sentido en la actualidad. Craig le ha dado una dimensión más humana, más retrospectiva y más macarra al personaje (¡Qué mal anda este tío. Debería estar prohibido ser estrella de cine si no sabes andar. No digo tan bien como lo hacían Gary Cooper o Henry Fonda en el pasado o Richard Gere en la actualidad pero al menos cumplir unos mínimos de elegancia).
Entrados en el siglo XXI, si la saga quería sobrevivir y seguir siendo del gusto del público mayoritario, el giro al personaje resultaba tan necesario como comprensiblemente molesto para los fans más rigurosos del espía con licencia para matar. Se logró con sugerentes resultados en Casino Royale y desastrosos en Quantum of solace. La nueva entrega, la 23, una vez consolidado el nuevo giro se permite unir en la misma narración desmitificación del mito y nostalgia del mismo. Por un lado el guión se burla de los excesos fantasiosos de los gadgets que proporciona Q y, al mismo tiempo reivindica un tiempo en el que la tecnología informática no tenía un papel relevante en el enfrentamiento entre el bien y el mal. Por ello, la idea del tercio final en Escocia es de lo mejor de la película (y de esta trilogía) y a la vez lo más decepcionante en su plasmación final.
La cinta también juega a la ambigüedad en terrenos políticos-morales. El desengaño al constatar que la democracia necesita de zonas oscuras para protegerse se mezcla con una exaltación patriotica británica.
El film entretiene salvo en el mencionado tercio final que se alarga en exceso, cuenta con una opening sequence prodigiosa y uno de los mejores créditos iniciales (tanto a nivel visual como musical con una muy bondiana canción de Adele) y con un excelente villano, Javier Bardem, que da una interesante vuelta de tuerca a los típicos y tópicos malvados de la franquicia. Finalmente, Mendes cumple el expediente sin intentar inventar la pólvora como pretendió Marc Foster en la insoportable Quantum of solace.
La lealtad de James Bond, el mejor agente de los servicios británicos, hacia su superiora M se verá puesta a prueba cuando el pasado de ella vuelve para atormentarla. Al mismo tiempo, el MI6 sufre un ataque, y 007 tendrá que localizar y destruir el grave peligro que representa el villano Silva. Para conseguirlo contará con la ayuda de la agente Eve y la sugerente amante de Silva.