Ha ganado el Globo de Oro a la mejor película de habla no inglesa y puede
repetir en los Oscars, aunque esa categoría por sus normas especificas de
votación (hay que acreditar el haber visto las 5 nominadas en los pases que
organiza la academia limita los votantes a las académicos más desocupados y
cinéfilos…es decir, en su gran mayoría los muy veteranos) es una de las que más
sorpresas depara.
TODO HA SIDO UN TRUCO
CALIFICACION: 4/5
Italia, 2013.- 142 minutos.- Director: Paolo Sorrentino.-
Intérpretes: Toni Servillo,Carlo Verdone,Sabrina Ferilli,Serena Grandi,Isabella Ferrari,Giulia Di Quilio,Luca Marinelli,Giorgio Pasotti,Massimo Popolizio.- TRAGICOMEDIA. Entroncando con La dolce vita de Fellini y La aventura de Antonioni (se
que es mucho decir pero, en mi opinión este film no desmerece en absoluto
respecto a éstas) Sorrentino radiografía, con gran belleza, la fealdad de lo
que le rodea. Película-viaje de esas que, si aceptas lo que te propone y cómo
te lo propone el director, te da igual que dure 1 o 2 horas más. El director de
la también magnífica Las consecuencias del amor, no tiene prisa en llegar a
donde quiere. El film deambula, como su protagonista, un paseante ocioso (el flâneur
de Baudelaire) por toda la
decadencia de un país –que también puede ser el nuestro- al que sólo le queda
su pasado glorioso y una capacidad dialéctica insuperable…en este punto es
mejor no hacer la comparación con España porque saldríamos perdiendo…y por
mucho. Pocos sonidos son tan melodiosos y estimulantes para el alma humana como
escuchar a un italiano culto. Si además viene acompañado por un contenido
brillante, inteligente y de una lúcidez mental …, miel sobre hojuelas.
En Roma,
durante el verano, nobles decadentes, arribistas, políticos, criminales de
altos vuelos, periodistas, actores, prelados, artistas e intelectuales tejen
una trama de relaciones inconsistentes que se desarrollan en fastuosos palacios
y villas. En el centro de todos ellos está Jep Gambardella, un escritor que
dejó de escribir después de su primer libro. Jep, ahora periodista, acaba de
cumplir 65 años. Dominado por la indolencia y la decepción, asiste a este
desfile de personajes poderosos pero decadentes, huecos y deprimentes
Quizá algún pasaje de este
film episódico resulte oscuro o poco claro en sus intenciones…da igual. Siempre
podemos darnos el placer de volver a verla. Quizá el comienzo pueda desanimar o
desorientar a más de uno…acostumbrados como estamos a narraciones simplistas y
esquemáticas. Perseveren. Como muchas grandes obras artísticas, requiere un
esfuerzo pero la recompensa vale la pena. Aparte de la belleza de lo que oímos
y vemos, el clarividente análisis que se hace de la sociedad romana y la nada
complaciente radiografía que se aporta de la generación que hizo la revolución
de los 60 y 70 nos conduce a dos reflexiones sobre el arte que se aportan en un
inquietante, sin motivo real, tercio final. “La pobreza no se cuenta”
(demolición del cine social que es eso, social, y nada más) y “todo ha sido un
truco” (bofetada a la obsesión por el realismo en el cine actual).
La película es tan bella en
forma y fondo que me queda la sensación de no haberle hecho en absoluto
justicia con esta reseña. Y es tan hermosa que cuando empiezan los títulos de
crédito y la cámara parece deslizarse por el río Tiber, uno se queda
hipnotizado y quiere más y más de Jep Gambardella y
su séquito.