SIN CONCESIONES NI CAPACIDAD LÚDICA
CALIFICACION: 2,5/5
Estados Unidos, 2014.- 110 minutos.- Director: Michael R. Roskam.- Intérpretes: Tom Hardy, Noomi Rapace, James Gandolfini, Michael Esper, Lauren Susan, Erin Darke, Morgan Spector, Chris Sullivan.- THRILLER DRAMATICO.- Habitualmente llegados al año 3 o 4 de cada década ya podemos definir las tendencias del cine estadounidense de ese decenio. Aparte de las adaptaciones de comics, videojuegos y sagas juveniles literarias que copan el cine más comercial, el cine de carácter independiente y minoritario se define en esta segunda década del siglo XXI por una rigurosidad que camina de manera inversamente proporcional a la capacidad lúdica. Así la primera adaptación cinematográfica que realiza el propio Dennis Lehane (Mystic River, Adiós, pequeña adiós y Shutter Island) de una obra literaria propia es, en mi opinión, la más floja y menos cinematográfica de todas.
Es cierto que el guión (ganador en San Sebastián) es interesante en diferentes aspectos –uso de la elipsis, ocultación no tramposa de la información y definición de personajes- pero ello no impide que su plasmación en la pantalla resulte carente del necesario ritmo y tendente al tedio en más de una ocasión.
Película atmosférica que parece girar y girar alrededor de un par de situaciones que se van enquistando de manera casi absurda y existencialista constituye una pequeña pieza de cámara que resultará más atractiva para los interesados en narraciones literarias que para los que anden buscando un thriller apasionante y esencialmente cinematográfico.
En Brooklyn, un solitario camarero rescata a un cachorro de un cubo de basura. Sus problemas empiezan cuando aparece el dueño del animal, que es un hombre con problemas mentales y que, además, está involucrado en una conspiración criminal que se planea en el bar en el que trabaja el camarero.