ANDERSON SIGUE IRRUMPIENDO ENTRE EL GRAN PÚBLICO
CALIFICACION: 3,5/5
El tejano Wes Anderson, En lugar
de adaptarse al mundo que le rodea, ha conseguido la cuadratura del
círculo, es decir, que el mundo se adapte a él.
Manteniendo su estilo pero suavizando la
excentricidad de su propuesta (que alcanzó el punto álgido con Life
Aquatic), ha conseguido ganarse el favor de los que antes lo ignoraban.
Estados Unidos, 2013.- 99 minutos.- Director: Wes Anderson.- Intérpretes: Ralph Fiennes, Tony Revolori, Saoirse Ronan, Edward Norton, Jeff Goldblum,Willem Dafoe, Jude Law, F. Murray Abraham, Adrien Brody, Tilda Swinton, Harvey Keitel, Mathieu Amalric, Jason Schwartzman, Tom Wilkinson, Larry Pine, Bill Murray,Owen Wilson, Léa Seydoux.-
La carrera de Wes Anderson ha evolucionado de una manera realmente interesante y totalmente diferente a otros dos creadores surgidos más o menos al mismo tiempo: Shyamalan y el otro Anderson, Paul Thomas.
Mientras el director de El sexto sentido ha sido engullido por su propia marca personal y sea ha visto abocado a proyectos cada vez menos interesantes presionado por el escaso éxito comercial de sus propuestas, el autor de Magnolia y Boggie Nights ha radicalizado su discurso (sólo hace falta revisar The master). Sin embargo, el tejano Wes Anderson ha encontrado una tercera vía entre el cine festivalero de Paul Thomas Anderson y los patéticos intentos de Shyamalan por agradar al gran público renunciando a su estilo. En lugar de adaptarse al mundo que le rodea, ha conseguido la cuadratura del círculo, es decir, que el mundo se adapte a él.
Así, sus primeras y, en mi opinión, mejores películas (Academia Rushmore, Los Tennembaums) no recibieron prácticamente apoyo ni de la crítica ni del público. Manteniendo su estilo pero suavizando la excentricidad de su propuesta (que alcanzó el punto álgido con Life Aquatic), ha conseguido ganarse el favor de los que antes lo ignoraban. Personalmente, sus últimas películas (especialmente la que nos ocupa) me parecen menos interesantes , locas e únicas que las primeras. Además, por mucho que Anderson sea un enamorado de Europa donde vive, creo que sus obras más fascinantes son las que están ambientadas en su país de origen, como el caso de la entrañable y perspicaz Moonrise Kingdom.
A pesar de ello, en este hotel Budapest se siguen manteniendo sus señas de identidad: increíble diseño de producción, inventiva visual, magníficas interpretaciones, melancolía, nostalgia de lo no vivido, memoria idealizada de un mundo que nunca existió.
Personalmente hubiera preferido que Anderson me contara la historia de ese hotel en su momento más decadente (finales de los 60). Ahí había otra película, posiblemente mejor que la que hemos visto.
Gustave H., un legendario conserje de un famoso hotel europeo de entreguerras, entabla amistad con Zero Moustafa, un joven empleado al que convierte en su protegido. La historia trata sobre el robo y la recuperación de una pintura renacentista de valor incalculable y sobre la batalla que enfrenta a los miembros de una familia por una inmensa fortuna. Como telón de fondo, los levantamientos que transformaron Europa durante la primera mitad del siglo XX.