ADUSTA, SECA, TRISTE…EN FORMA Y FONDO
CALIFICACION: 3/5
Estados Unidos, 2010.- 114 minutos.- Director: Derek Cianfrance.- Intérpretes: Ryan Gosling, Michelle Williams, Mike Vogel, John Doman.- DRAMA.- Ha tardado más de dos años en estrenarse, a pesar de que obtuvo una nominación para los Oscars, y dos para los Globos de Oro. Una vez vista, entendemos este retraso y no sería raro que, si no fuera por la popularidad de su protagonista masculino, nunca hubiera llegado a nuestras salas. Y, ojo, no se debe, en absoluto, a su falta de calidad. Nada más lejos de la verdad. Blue Valentine está por encima de la media del cine americano que llega a nuestras salas.
Sin embargo, Blue Valentine es una de las cintas más incómodas, tristes y poco anti comercial de los últimos años. No sólo por la descripción de la destrucción del amor de una pareja (sería un Dos en la carretera -Stanley Donen, 1967- o Con los ojos cerrados –Richard Brooks, 1969- sin el glamour ni la belleza visual de éstas) sino por la inclusión de duras escenas de sexo triste, realistas peleas y un tratamiento del tema del aborto tan delicado como a la vez descarnado. Además, la estética y el lenguaje cinematográfico que acompaña a la narración es el más adecuado y coherente con lo que se está contando, pero a la vez crea una atmósfera casi irrespirable que lo impregna todo y convierte al film en una experiencia dura sin caer nunca en lo gráfico, evidente y sensacionalista.
Sin duda, lo crea más desazón es, aparte de las memorables interpretaciones –especialmente la de una maravillosa y arriesgada Michelle Williams-, son los flashbacks que nos narran el proceso de enamoramiento de los protagonistas y su inocencia juvenil. La película nos hace recordar de manera vívida la maravillosa y a la vez ingenua idealización del ser amado que cometemos en más de una ocasión. Del contraste entre pasado y presente surge el dolor que trasmite esta opera prima de un director cuya obra habrá que seguir (tiene 3 películas más inéditas en nuestras pantallas). A pesar de que mueva demasiado la cámara.
Después de convivir durante seis años y tener una hija, Dean y Cindy han decidido casarse, pero entonces su amor empieza a desmoronarse. Intentando salvar la relación, Dean propone ir a pasar la noche a un hotel temático, donde eligen la “habitación del futuro”. A partir del futuro, se narra la historia de la pareja desde el momento de su encuentro hasta la irremediable crisis de su matrimonio.